Probablemente no hayas oído hablar de la web semántica o también llamada web 3.0, y es que está considerada como la revolución de internet y el marketing.
Internet ha evolucionado durante décadas y quizás no hemos sido ni conscientes de este suceso.
Por eso vamos a hacer una breve introducción donde explicaremos la web 1.0, la web 2.0 y la web 3.0 o web semántica.
WEB 1.0, 2.0 y 3.0
- ¿Qué es la web 1.0?
Se creó sobre los años 60 y no se podía interactuar con la página, solamente se permitía la lectura. En esta web nació el HTML y proporcionó un soporte visual, lo que hizo que fuese más agradable para los usuarios.
- ¿Qué es la web 2.0?
Apareció en el 2004 y con su entrada añadió más interacción ya que el usuario puede aportar en la web, además de esto los usuarios tienen el control de su información, el mejor ejemplo serían las redes sociales.
- ¿Qué es la web 3.0 o web semántica?
Permiten que los usuarios encuentren la información de manera más rápida.
Dependiendo de nuestros hábitos se nos proporcionará información similar, es decir, si una persona está acostumbrada a realizar deportes de riesgo cuando en el buscador escriba: “¿Que deporte puedo practicar?” el buscador le ofrecerá resultados como paracaidismo, puenting, etc.
Se permite acceder a la información conectándonos desde el dispositivo que queramos y estemos donde estemos.
¿Cómo podemos aplicar la web semántica al marketing?
La manera en la que nos beneficiaremos de la web semántica o web 3.0 respecto al marketing se tiene que relacionar directamente con los motores de búsqueda y la manera en la que los utilizaremos.
Los motores de búsqueda se nutren de nuestra actividad dentro de la red mediante las cookies para evitar contenidos irrelevantes para nosotros.
Por eso los buscadores se ajustan a nuestras necesidades y así poder ofrecer los resultados más correctos posibles a nuestras búsquedas. También entra en juego la ubicación del usuario para potenciar esta característica.
La finalidad que obtenemos de todo esto es que dejamos atrás la obligación de tener que crearle una necesidad al cliente mediante anuncios genéricos que quizás no son de su interés para cambiarlo por los anuncios concretos y segmentados a varios nichos de clientes dependiendo de las búsquedas realizadas para cumplir las exigencias demandadas.
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